9 - EL PRESIDENTE OBEDIENTE: D. CARLOS GARCÍA y POLÍSTICO (1896-1971).


Carlos P. García fue poeta boholano en lengua cebuano-bisaya (balak). A pesar de "re-educarse" en inglés, el nacionalismo filipino que él aprendió en español mucho influyó en su política.

Fue otro Presidente más, después de los Presidentes Sergio Osmeña y Elpidio Quirino, que aprobó la ley "del idioma español" del Congresista Miguel Cuenco, por el quinto distrito de Cebú, por la que se incluían 8 asignaturas regulares de español en todos los cursos universitarios con una equivalente total de 24 unidades. Y la razón de su postura pro-lengua española nos lo expuso él mismo cuando declaró:

“Fervoroso creyente, por un lado, en la pervivencia del lenguaje español en nuestro país, considerado como una de las bases más firmes de la cultura que nos honra y distingue, y por otro, teniendo en cuenta que nuestra historia nacional está escrita en dicho idioma, y que es el lenguaje en que escribieron nuestros caudillos, los próceres del pensamiento filipino, los héroes y mártires de nuestro glorioso ayer, creo un deber de justicia y de gratitud fomentarlo y conservarlo para la posteridad”…(p.16, del libro de texto “Discursos de Malolos y Poesías Filipinas en Español”, Buró de Imprenta Pública (del gobierno), Manila, 1963) .

La ley de Don Miguel Cuenco enmendaba la anterior ley del Senador negrense, Don Enrique Magalona, por la que sólo se requerían 12 unidades de gramática y lengua española a todos los universitarios filipinos aprobada en 1949 por el Presidente Sergio Osmeña y Suico, también del Parian (Sector de Mestizos) de Cebú.

De esas ocho asignaturas, cuatro se trataban de la enseñanza de la gramática de la lengua española y las restantes cuatro trataban de la enseñanza de los escritos políticos, como literarios, de prohombres filipinos para enderezar los errores y omisiones garrafales en la enseñanza de la "Historia Filipina" que adrede se ha puesto en los libros de texto en inglés, luego obligados a los incautos niños y jóvenes estudiantes filipinos, por los WASP usenses y sus lacayos locales en el sistema de educación oficial de esta República.

Los WASP usenses, mediante sus usuales lacayos, se opusieron vigorosamente en contra de esta ley. Pagaban (hakot en tagalo), bajo cuerda, a los "activistas" é izquierdistas estudiantes, como el que luego se hizo el supremo del Partido Comunista de Filipinas apoyado por el gobierno comunista de la China continental para que se organicen demostraciones estudiantiles delante de la Casa Legislativa demandando la abrogación de dicha ley. Los estudiantes "activistas" , pagados por los WASP usenses, fueron enseñados a calificar al idioma español como "la lengua del colonialismo" y como "un idioma muerto" (a dead language).

Los protestantes, o luteranos, filipinos, por su sectarismo religioso asociaban al idioma español con el catolicismo que sectariamente desdeñaban. Como su labor misionera apenas hace alguna mella entre los filipinos mayoritariamente católicos, su sectarismo luterano o calvinista les vuelve en envidiosos de la previa labor de los frailes españoles en la organización religiosa, política y social de Filipinas durante los anteriores casi cuatro siglos de España en Filipinas.

Además de la ley del español de veinticuatro unidades, (Ocho asignaturas en la universidad) , el presidente Carlos P. García tuvo por lema el eslogan "Filipino First!" (¡Primero, el filipino!) en economías. Es decir, que los primeros que deben antes disfrutar de las utilidades de sus recursos naturales deben ser los filipinos y no los chinos advenedizos.

Desde luego que los que no se vieron afectados por la política del "Filipino First" fueron los supuestos inversionistas WASP usenses, pues ya habían logrado, durante la presidencia de Manuel Roxas, enmendar la Constitución Filipina de 1935 para meter en ella la cláusula de la paridad (Parity Clause). Por esta cláusula del ‘Parity’, el inversionista WASP usenses tenía los mismos derechos, a paridad, de los filipinos en la explotación de los recursos naturales y del comercio de Filipinas. El Senador Claro M. Recto tildaba de "otra enmienda Platt en Cuba", esta dañina cláusula de la "parity"".

La política del "Filipino First" logró persuadir a los chinos capitalistas, (chinos advenedizos por su reciente emigración al país) que empleasen a filipinos de raza indígena como obreros, despachadores, cajeros, contables, asistentes, etc., en sus tiendas de comercio, corporaciones, fábricas y haciendas de azúcar y arroz.

Pues, estos puestos de trabajo estaban antes dados a otros emigrantes chinos, muchos de ellos indocumentados, que venían por miles al año para asentarse en estas Islas hasta de forma ilegal, económicamente marginando a la población indígena de Filipinas.

La misma política del "Primero, el filipino" aceleró la asimilación de los nuevos emigrados chinos, los advenedizos, a la actual sociedad filipina porque impuso una supervisión más estricta sobre lo que se explicaba en las casi 300 escuelas chinas que operan dentro del territorio filipino.

Entre los Presidentes filipinos, Don Carlos P. García, era el que estudió la razón por la que los chinos advenedizos, crearon una "economía independiente" mediante el acaparamiento de la venta al por mayor y al por menor de toda clase de producto que dentro y fuera de Filipinas se fabrica. Y la conclusión general que se da es que esta "economía Independiente" tiende a marginar económicamente al indígena, o al filipino de raíz malayo-indo polinesio, ahora denominado como un "austronesio" .

Desde principios de la época española, los chinos ya acaparaban, como cosa muy natural todos los posibles negocios. Escribe el Obispo Domingo de Salazar, protector español de los chinos de su tiempo:

"Háyanse en este Parían todos los oficiales (practicantes) de un oficio determinado como sastres, plateros, etc. de una República (comunidad) y que producen cosas curiosas y baratas. Hay médicos y boticarios con rótulos en sus lenguas puestas en las boticas, bazares o tiendas, que declaran lo que en ellas se vende".

"Hay también bodegones (restaurantes) donde acuden los españoles, sangleyes (mercaderes chinos) y naturales a comer. Los oficios mecánicos (sastrerías) de los españoles han cesado (se cerraron) todos, porque todos se visten y se calzan con los sangleyes por ser muy buenos en estos oficios al uso (moda) de España. Y, hacerlo todo muy barato."

Nos abastecemos también de carne, de la que se cría en esta tierra: como puercos, venados, carabaos, que son los búfalos de Italia, y es tan buena carne como la de la vaca. Venden también, (los chinos cristianos) muchas gallinas y huevos. Y hasta la leña partida se vende en el Parian. Y lo que más a esta ciudad tiene sustentada, es el pescado que estos sangleyes traen y venden".

A diferencia de los "austronesios" los chinos se forman una asociación bancaria (lo que ahora se llama el banco central chino) que les da un empréstito a cada individuo de su raza algún capital para abrir una tienda de sari-sari o de "chucherías’ en cada esquina de cada barrio y municipio. Con el capital que se acumulan compran solares y tierras del país y se acaparan el negocio de bienes raíces además de la venta del arroz, del pan, del trigo, del maíz y de vegetales.

Es ciertamente por eso que mientras los chinos y sus mestizos tienen buenas casas y buenos coches, los indígenas de nuestros días viven en comunidades pobres que ahora se llaman "squatters" (detentadores) . Y mientras tienen sus escuelas para enseñar el idioma chino, los filipinos no tienen escuelas donde se enseñe con prioridad el tagalo como idioma nacional puesto que el colonialismo WASP usense impone, hasta ahora, su idioma, el ingles, so pretexto de que es el vehículo del progreso. La realidad es que a pesar de cien años de inglés obligatorio los filipinos siguen pobres en su propio país y no pueden acumular el capital necesario para negociar como lo hacen los chinos y sus mestizos.

La política del "Filipino First" del Presidente García alivió de alguna manera, la pobreza del filipino indígena. Y para devolverles a los filipinos su sentido de unidad nacional, amen de dignidad, fue el Presidente Carlos P. García, puro austronesio que era, el que tomó pasos decisivos para que se implemente debidamente la enseñanza del idioma español tal como lo pedían las leyes de Magalona y Cuenco.

Autor: D. Guillermo Gómez Rivera.

http://canaldefilipinas.blogspot.com/

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